Reunirse a las afueras de la casa para hacer empanadas cada 1 y 8 de septiembre, es una tradición que ha mantenido durante 17 años la familia Quijada, para celebrar el Día de la Virgen del Valle en El Tigre.
El encuentro se efectúa en una residencia de la Quinta carrera del sector Pueblo Nuevo Sur. Se asemeja un poco a las navidades, cuando todos los parientes se unen para hacer hallacas escuchando gaitas.
En este caso, son empanadas de cazón, junto a una imagen de “Vallita” que acompaña en la mesa y al son del galeron. El 1 de septiembre las hacen por la noche, luego, el 8, las hacen desde bien temprano para desayunar y rezar el rosario.
William Quijada, miembro de la familia y devoto de la virgen, relata que esta idea viene de sus ancestros originarios de Margarita, estado Nueva Esparta, quienes les inculcaron profundamente sus costumbres. Al final, el compartir no solo es familiar, pues regalan empanadas a vecinos y visitantes.
Razones para creer
Yusmelys Quijada también hace parte de la familia fiel a la Virgen del Valle. Particularmente, refiere que más allá de creer en ella porque se lo enseñaron, el estar viva es la principal razón para rendirle honores y agradecerle.
Quijada atravesó un complicado episodio en el que su salud se vio quebrantada con difteria, cuando apenas era una niña de 12 años. Recuerda que pasó aproximadamente 15 días hospitalizada en graves condiciones hasta que tuvo lo que considera una revelación divina.
“Me iba a morir, pero la virgencita logró que estuviera aquí hoy. Mientras estuve en cama, yo la vi en mi sueño. Mi mamá le pidió mucho y ella se apareció para sanarme. Ahora estoy aquí sana, gracias a su intercesión ante Dios”, reveló.