EL Servicio de Animación y Cooperación Misionera de la Diocesis de El Tigre, en conjunto con las hermanas Agustinas Recoletas realizaron la VII Jornada Mundial de los Pobres en la comunidad de Boca del Pao, donde se desarrolla el proyecto del comedor “Beato Pablo Manna”.
Con la intención de llamar a la santidad y a la misión, los voluntarios prepararon un almuerzo con apoyo de la comunidad. De esta manera, dieron de comer a más de 100 personas entre niños, niñas, adolescentes, jóvenes, adultos mayores, mujeres embarazadas y personas vulnerables.
A lo largo de la jornada, también se realizaron juegos, cantos, bailes y dinámicas con los niños de la comunidad, así como actividades recreativas con los más grandes.
La Jornada Mundial de los Pobres, que representa el signo fecundo de la misericordia de Dios, llega por séptima vez para apoyar el camino de las comunidades en el sur de Anzoátegui.
La Diócesis tigrense resalta que se trata de “una cita que la Iglesia va arraigando poco a poco en su pastoral, para descubrir cada vez más el contenido central del Evangelio”.
De este modo, la institución católica se compromete a acoger a los pobres, destacando que igualmente no es suficiente. “Un río de pobreza atraviesa nuestras ciudades y se hace cada vez más grande hasta desbordarse; ese río parece arrastrarnos, tanto que el grito de nuestros hermanos y hermanas que piden ayuda, apoyo y solidaridad se hace cada vez más fuerte”, reseña.